domingo, 22 de agosto de 2010

Una aproximación a la valoración y visión de la filosofía por parte de los jóvenes*


Francisco Díaz Montilla


0.        INTRODUCCIÓN

En el año 2006 inicié mis labores como docente en el Instituto Panamericano, colegio metodista fundado en los albores de la República, como profesor de Filosofía. Entonces tenía algunas interrogantes que era preciso responder. Dos años después puedo dar algunas respuestas a esas interrogantes, aunque confieso que todavía persisten algunas dudas.


Las interrogantes que hace más de dos años me planteaba eran las siguientes: ¿tendrá la filosofía algo interesante que decirle a los jóvenes de hoy?, ¿habrá calado la cultura light en los jóvenes de manera tal que toda invitación a la reflexión esté inevitablemente condenada al fracaso? Habitualmente los profesores de filosofía asumimos que lo que enseñamos es importante, pero pocas veces nos tomamos el tiempo para averiguar lo que piensan los otros, en este caso los alumnos.

Honestamente, tenía serias dudas con respecto a la relevancia de la filosofía para los jóvenes. Ello debido a lo siguiente:

  • El hecho de que las cuestiones prácticas, entiéndase aquellas que fomentan destrezas o habilidades que le permiten a los jóvenes generar riqueza, se hayan sobredimensionado,  hacen que un discurso eminentemente teórico como el filosófico no encaje en las aspiraciones inmediatas de las personas. Tanto más en un entorno tan signado por el comercio y la economía como es el caso panameño.
  • Ligado a lo anterior, la generalizada creencia de que aquello que no genera bienes materiales (riqueza) no sirve y es una pérdida de tiempo dedicarse a ello.
  • La valoración de la cultura tecno-científica como condición para insertarse en el entorno laboral, altamente especializado y competitivo. Aunque en la práctica nuestro sistema no produce el recurso humano con esas competencias.[1]
  • La saturación de los medios con celebridades que parecen encarnar la idea de que se necesita algo más (o algo menos) que ejercicio intelectual o de raciocinio para ser exitosos.


Se podrían mencionar otros; sin embargo, los aquí presentados eran suficientes para hacernos pensar que la filosofía no tenía nada que ofrecer a los jóvenes. Y he de admitir que me equivoqué: la filosofía sí le ofrece algo a los jóvenes y ellos lo valoran.


Y es aquí, justamente, donde surgen algunas interrogantes que no quiero responder a priori y que ameritarían una indagación posterior: ¿en qué medida lo que la filosofía ofrece está condicionado por el enfoque, estilo, estrategia del docente? ¿Si cada docente convirtiera su práctica en objeto de investigación, obtendría resultados parecidos o mejores a los que obtuvimos nosotros?


Para llevar a cabo nuestro estudio elaboramos un instrumento al que titulamos PERCEPCIÓN DE LA FILOSOFÍA. Le llamamos de esta manera porque justamente nuestro propósito era conocer lo que el curso de filosofía había representado para los muchachos y cómo ellos percibían a la filosofía, luego de 8 meses de experiencias. Además del instrumento señalado, convertimos el examen bimestral del cuarto bimestre en un instrumento de investigación al plantear preguntas como las siguientes: ¿de acuerdo a su experiencia, como definiría usted la palabra ‘filosofía’?, ¿es importante la filosofía para el  mundo de hoy?, ¿con qué autor o línea de pensamiento tratados durante el año se identificó y por qué?


Las respuestas a las preguntas presentadas fueron múltiples. Para la mayoría, la filosofía es importante para el bachillerato estudiado, aunque por diversas razones; igualmente hicieron una valoración de la filosofía que muestra al menos lo siguiente:
v     Los estudiantes están ávidos de que el proceso enseñanza-aprendizaje sea más crítico, menos dogmático y esperan tener la oportunidad de ejercer libremente la razón, condición ésta que no se fomenta siempre en los colegios.
v     Los chicos son más críticos de lo que habitualmente creemos.
v     Los chicos han elaborado una concepción del mundo y de la vida y la defienden, no siempre de la manera en que la lógica lo requeriría, pero lo hacen. Y esta concepción o más bien pre-concepción es, sin lugar a dudas, un excelente punto de partida para la reflexión o para el quehacer filosófico.
v     A pesar de que habitualmente se cuestiona el carácter histórico de la enseñanza de la filosofía, correctamente enfocada, la historia de la filosofía podría convertirse en un importantísimo referente para la reflexión filosófica en el sentido de que muestra que después de todo las preguntas de hoy son en gran medida las de ayer, y que –por ello- las respuestas dadas ayer abren los horizontes de comprensión del presente. Se trata, como diría Rorty, de recontextualizar esa historia.[2]


Quiere decir que si el docente de filosofía logra canalizar estos elementos que ya están dados, convertiría a la filosofía en un elemento imprescindible para la formación de los jóvenes. ¿Cuáles son los elementos que podrían explicarnos que ello no haya ocurrido? Esto es algo que los docentes de filosofía tendríamos que discutir, pero la mejor manera de hacerlo es investigando. La mejor forma, a mi entender, para llevar a cabo esa tarea sería convirtiendo nuestra propia experiencia en objeto de investigación.

1.     EL UNIVERSO


El cuestionario, que constituye la base de este estudio, se distribuyó a los estudiantes entre los días 24 y 27 de noviembre de 2008 considerando los 141 estudiantes de los bachilleratos en letras y ciencias del Instituto Panamericano. De éstos, 122  (86.52%) respondieron de manera voluntaria. El resto (19 estudiantes o el 13.52%) no lo hizo por razones diversas: ausencia a clases cuando se distribuyó el instrumento o porque atendían otro tipo de actividades.

BACHILLERATO

CIENCIAS
LETRAS
TOTAL
96
26
122
Cuadro 1. Instrumentos respondidos según bachillerato


Los participantes, jóvenes de 17-18 años de edad,  proceden de diversos puntos de la Ciudad de Panamá, San Miguelito, Arraiján y Chorrera. En cuanto a su condición social, no se puede decir que procedan de estratos populares, sino que proceden –en general- de familias que se podrían ubicar dentro de la clase media y media alta. Aunque este aspecto no fue indagado, se infiere de los lugares de los que decían proceder.[3]

2. INSTRUMENTOS INVÁLIDOS


De los 122 instrumentos devueltos por los estudiantes, se eliminaron 24 (19.67%). Ello obedeció a que se les dio la instrucción a los estudiantes participantes para que eligieran una de las múltiples opciones que tenían en cada ítem, sin embargo, estos estudiantes eligieron más de una opción.

BACHILLERATO

CIENCIAS
LETRAS
TOTAL
73
25
98
Cuadro 2. Instrumentos válidos según bachillerato

3. VALIDEZ DE LOS RESULTADOS


Si lo consideramos desde una perspectiva eminentemente estadística, los resultados que en lo sucesivo presentamos podrían cuestionarse seriamente. En primer lugar, porque se trata de un instrumento pensado para una generación de graduandos de un colegio particular; razón por lo cual estos resultados representan muy poco si se tiene en cuenta la cantidad de estudiantes, a nivel nacional, que tomaron el curso de filosofía en el 2008. Además, se trata de un grupo más o menos homogéneo desde el punto de vista social y económico y el instrumento elaborado no lo considera.[4]


Sin embargo, más allá de la representatividad de los resultados y de las muestras, nos parece que este estudio sí revela algunos elementos importantes, por ejemplo: que –contrario a lo que se cree y se piensa habitualmente-  los jóvenes pueden identificarse con la filosofía. Pareciera que el reto está en cómo  o a partir de qué parámetros enfocamos la enseñanza de la disciplina. En ese sentido, el estudio ayudaría a establecer algunos parámetros que se pudieran implementar en el desarrollo del curso de filosofía. En nuestro caso, repetimos, Savater y Rorty  fueron los pilares a partir de los cuales se estructuró el desarrollo del curso. Ello tuvo la ventaja de que la filosofía se presentara como un camino por el cual transitar sin la pretensión de (de)formación ideológica o adoctrinamiento en  que algunas teorías filosóficas desembocan. 

4. FILOSOFÍA PARA QUÉ: LOS JÓVENES OPINAN


Cuando se estudia o se lee un texto de filosofía, es común encontrar reflexiones de filósofos profesionales con respecto a la importancia de la filosofía. Y muchas veces, los propios docentes cometemos el error de citar esas reflexiones para reforzar la idea o para demostrar que efectivamente lo es. Recurrimos, pues, a la autoridad del filósofo, en lugar de darle al alumno la oportunidad de que descubra esa importancia y la pueda comunicar.

En el examen bimestral del cuarto bimestre planteamos, entre otras, la siguiente pregunta: Según lo tratado en clases durante el año, ¿piensa usted que la filosofía es importante en el mundo de hoy? ¿Por qué? La respuesta a esa pregunta fue un unánime , aunque por múltiples razones. Por ejemplo:
·      La filosofía clarifica el pensamiento
·      La filosofía desarrolla la capacidad de análisis
·      La filosofía es orientadora de la vida
·      La filosofía desarrolla la capacidad de pensar y el sentido crítico
·      La filosofía establece nexos entre las diversas ciencias
·      La filosofía promueve la conducta racional del ser humano
·      La filosofía es fundamental para la comprensión de la organización social y política


Algunas repuestas menos lacónicas caracterizaban la importancia de la filosofía en los siguientes términos:

“Absolutamente, porque nos saca del estado pasivo que tenemos ante las situaciones, experiencias y creencias. Así, nuestra capacidad intelectual se ve estimulada y hace que usemos mejor los recursos y características que tenemos como humanos.”
            Giancarlo Galina


“Por medio de la filosofía podríamos solucionar problemas que surgen por la falta de razón y lógica, problemas que surgen por exceso de emoción, dogmas y falta de tolerancia”.
Caleb Delibasich


“Nos reta a ir más allá, a no estancarnos en la mediocridad de la comodidad; a cuestionar nuestras convicciones con tal de afirmarlas o reformularlas; y a ver las cosas de una manera mucho más crítica”.
Bestriz Ho
“La filosofía es importante para el mundo de hoy porque crea un sentido crítico en la persona que la estudia. Con ella estudiamos distintas maneras de pensar y se aprende a debatir ideas.”
Deyni Tuñón


“Es importante tenerla presente; si bien vivimos en una sociedad de números, los problemas sociales, errores del pasado, pensamiento económico, político-teórico necesitan del carácter analítico de la filosofía”.
Mijail Castillo


Y a todo esto, ¿qué se entendía por filosofía? Michael Brown la definía de una manera muy simple: “la filosofía es el estudio del conocimiento”. Otras la relacionaban con el estudio del comportamiento humano, con la organización social y política, con el estudio de las ideas, etc.

5. RESULTADOS

A. La filosofía es una disciplina eminentemente racional y crítica

Cuestionamos a los jóvenes sobre la naturaleza de la filosofía. Este tipo de cuestiones se suele tratar en las primeras clases y se suele dar respuestas inmediatas[5], sin que el estudiante tenga la oportunidad de reflexionar al respecto, sólo le queda memorizar y repetir lo que dice el texto. Es importante que el estudiante se haga una opinión y que la exprese. Pero ello implicaría que este tipo de cuestiones no deben tratarse como algo dado, obvio, y menos deben preguntarse al inicio del curso, sino al final. Es importante que el alumno haya enriquecido tanto como sea posible su experiencia filosófica.

Al preguntárseles  De su experiencia con la filosofía, diría usted que:
a. La filosofía es una disciplina eminentemente racional y crítica.
b. La filosofía, a pesar de su pretensión de racionalidad, sigue aún limitada por elementos irracionales.
c. La filosofía es una forma de literatura, no una disciplina racional.
d. Desde la filosofía se analizan los mismos problemas que se abordan desde la ciencia aunque con categorías y procedimientos diferentes.
e. La filosofía es charlatanería con pretensiones de rigurosidad y de racionalidad.

De éstos, el 52.82% respondieron que la filosofía es una disciplina racional y crítica. Es decir, que la visión tradicional y aceptada de la filosofía. Un 22.95%  piensa que pese a sus pretensiones de racionalidad, la filosofía aún no ha superado elementos irracionalistas. Un 9.36% piensa que es una forma de literatura[6]. Para un 12.16% la filosofía trata los mismos problemas que la ciencia, aunque con categorías distintas. La diferencia entre ciencia y filosofía radicaría, pues, en el modo de aproximación. Mientras que un 2.68% considera que la filosofía es charlatanería. Los resultados completos se detallan en el cuadro siguiente:

Ítem
Bachiller en Ciencias
Bachiller en Letras

Respuestas
%
Respuestas
%
Total
%
a
b
c
d
e
45
16
2
9
1
61.64
21.91
2.73
12.32
1.37
11
6
4
3
1
44
24
16
12
4
56
22
6
12
2
52.82
22.95
9.36
12.16
2.68
TOTAL
73
99.97
25
100
98
100
Cuadro 3. Naturaleza de la filosofía


B. La filosofía es importante


En la llamada sociedad del conocimiento pareciera que la filosofía está condenada al ostracismo. El Ministerio de Educación y la Universidad de Panamá han emprendido la tarea de transformar profundamente el curriculum que ofrecen en función de una educación científico-técnica. Resulta en cierto sentido paradójico este proceder. Entre los tantos tópicos que le conciernen a la filosofía está justamente el concerniente al conocimiento. Por otro lado, si consideramos la idea en boga sobre las competencias que debe desarrollar la educación, entonces –si la apreciación de los jóvenes es correcta- no habría justificación alguna para el ostracismo en cuestión, puesto que la filosofía sí promueve competencias deseables.


Contrario a lo que se desprende de las propuestas de transformación curricular expuestas por expertos en educación, el 89.97% de los jóvenes encuestados considera que la filosofía es importante en el plan de estudios de los bachilleratos que estudian (ciencias y letras).

Bachillerato en Ciencias
Bachillerato en Letras
Total
%
No
%
%
No
%
%
No
%
66
90.41
7
9.59
22
88
3
12
88
89.97
10
10.03
Cuadro 4. ¿Es importante la filosofía en el plan de estudios de su bachillerato?

C. La filosofía permite el desarrollo  de un sentido crítico sobre las diversas cuestiones que preocupan al ser humano

¿Qué es lo que hace que la filosofía –según los jóvenes- sea importante para el plan de estudios de su bachillerato? Para esta pregunta, las opciones dadas fueron:

a. Permite el desarrollo  de un sentido crítico sobre las diversas cuestiones que preocupan al ser humano.
b. Ofrece una visión general de la cultura y de la historia del pensamiento.
c. Proporciona cultura general.
d. Desarrolla una actitud no dogmática ante las cosas.

El 79.54% de los entrevistados considera que la filosofía es importante para sus respectivos bachilleratos porque permite el desarrollo del sentido crítico sobre las cuestiones que ocupan el ser humano, el 12.12% considera que es importante porque la filosofía frece una visión general de la cultura y de la historia del pensamiento, un minúsculo 0.57% piensa que es importante proporciona cultura general, mientras que el 7.57% desarrolla una actitud no dogmática ante las cosas. Si consideramos el 79.54% y el 7.57% de las opciones (a) y (d), entonces se puede concluir que la crítica es la carta de presentación de la filosofía. La pregunta sería entonces, ¿cuán conveniente es que el país tenga jóvenes críticos?

Ítem
Bachiller en Ciencias
Bachiller en Letras

Respuestas
%
Respuestas
%
Total
%
a
b
c
d
54
4
1
7
81.81
6.06
1.51
10.60
17
4
0
1
77.27
18.18
0
4.54
71
8
1
8
79.54
12.12
0.57
7.57
TOTAL
66
99.98
22
99.99
88
100
Cuadro 5. Importancia de la filosofía para el plan de estudio de los bachilleratos


D. La filosofía debe enfocarse en el desarrollo de la capacidad crítica y de análisis de los estudiantes

Los jóvenes tienen una idea de lo que el curso de filosofía debiera ofrecerles. Es curioso, pero no siempre los docentes tenemos en cuenta las inquietudes de los muchachos con respecto al qué enseñar y para qué. La mayoría de las veces, el curso se estructura a partir de un programa oficial no del todo coherente y desvinculado de los intereses concretos de los jóvenes.  ¿Hacia qué debiera enfocarse el estudio de la filosofía en la secundaria?  Las opciones dadas eran las siguientes:

a. El estudio de las formas o maneras de pensar que se han desarrollado en la historia de la humanidad.
b. La problematización de los diversos componentes de la cultura humana (ciencia, arte, religión, etc.) en la actualidad.
c. Trazar puentes para un diálogo fructífero con otras disciplinas o ciencias.
d. El desarrollo de la capacidad crítica y de análisis de los estudiantes.

Las respuestas demuestran que para los entrevistados, el desarrollo de la capacidad crítica y de análisis es fundamental, pues el 67.42% considera que hacia ello debe dirigirse o enfocarse el estudio de la filosofía[7]. En cambio, el 15.90% considera que la enseñanza de la filosofía debiera enfocarse en la problematización de los diversos componentes de la cultura. El 12.12% considera que la filosofía debe enfocarse en el estudio de las maneras de pensar en la historia, es decir se podría pensar que ese porcentaje aprueba el enfoque histórico para la enseñanza de la filosofía. Y un 4.54% considera que la enseñanza de la filosofía debiera tender puentes para un diálogo fructífero con otras disciplinas o ciencias. Nuevamente, los estudiantes reivindican o reafirman la importancia del desarrollo de la capacidad crítica y de análisis. La interrogante sería, bajo el supuesto de que una generalización inductiva fuerte fuese viable plenamente aquí, si los docentes de filosofía estamos en sintonía con esas expectativas de los estudiantes.

Ítem
Bachiller en Ciencias
Bachiller en Letras

Respuestas
%
Respuestas
%
Total
%
a
b
c
d
4
3
6
53
6.06
4.54
9.09
80.30
4
6
0
12
18.18
27.27
0
54.54
8
9
6
65
12.12
15.90
4.54
67.42
TOTAL
66
99.99
22
99.99
88
100
Cuadro 6. Hacia qué debe enfocarse la enseñanza de la filosofía

E. La enseñanza de la filosofía debe extenderse a otros bachilleratos

En la Facultad de Humanidades particularmente hay una suerte de queja generalizada acerca de la formación cultural, política, histórica, etc. de los egresados del bachillerato en comercio. Yo que he tenido la oportunidad de atenderlos en las áreas de filosofía y de lógica, me he percatado de la pobrísima capacidad de crítica y de análisis conceptual de estos estudiantes. Si en el caso de los estudiantes de ciencias y letras que, se supone, deben estar en una situación ventajosa, la situación es grave, en éstos lo es tanto más.

Pues bien, los jóvenes encuestados ante la pregunta  de si la filosofía debiera extenderse a otros bachilleratos (comercio con sus múltiples variantes) respondieron afirmativamente en un  78.78%; en cambio los que piensan que no debe extenderse a los otros bachilleratos alcanzan el 21.22%.  

Bachillerato en Ciencias
Bachillerato en Letras
Total
%
No
%
%
No
%
%
No
%
62
93.93
4
6.07
14
63.63
8
36.37
76
78.78
12
21.22
Cuadro 7. La filosofía debe extenderse a otros bachilleratos


La posición de los jóvenes amerita algunos comentarios. Asumimos que esa extensión de la enseñanza a otros bachilleratos tiene que ver con lo expresado de manera consistente en la encuesta hecha: La crítica es la carta de presentación de la filosofía. Cabría preguntarse a la luz de las opiniones expresadas por los estudiantes encuestados: ¿está fuera de lugar promover la reflexión filosófica en los bachilleratos comerciales o técnicos? Esto, me parece, debe ser una cuestión a discutir a profundidad. Planteo esto porque a pesar de la distinción que solemos hacer entre teoría y práctica, el asunto es que toda práctica remite a una suerte de preconcepción teorética, a una precondición intelectual sin la cual dicha práctica  no tiene sentido. Dada la naturaleza inquisidora de la filosofía, sería natural y deseable pensar que el no científico o no humanista tenga la oportunidad de cuestionar esas precondiciones en las que su práctica se halla inmersa. Ese ejercicio –y aquí estamos especulando- tal vez lleve al joven a entender su quehacer como futuro profesional del área comercial o técnica desde nuevos y más ricos horizontes.

Las respuestas al ítem cinco sobre si la filosofía es o no es importante para los bachilleratos que los encuestados estudiaban arrojó que 10 estudiantes, esto es el 10.20% piensa que esta disciplina no es importante en el plan de estudios. Pero veamos exactamente cómo respondieron.  


Al preguntarse, bajo el supuesto de que la respuesta a la pregunta cinco hubiera sido negativa, El curso de  filosofía no es importante para el plan de estudios de su bachillerato porque:
a. No ofrece absolutamente nada relevante para su formación personal y/o profesional.
b. El tipo de conocimiento que ofrece no es importante para los jóvenes,
c. Tiene un enfoque básicamente histórico,
d. Son preferibles los cursos que profundizan  la cultura científica  y fomentan las competencias tecnológicas de los jóvenes,
e. Lleva a un escepticismo extremo en cuestiones básicas para el ser humano (creencia en Dios, verdad, etc.),
los jóvenes respondieron como se ilustra en el siguiente cuadro:

Ítem
Bachiller en Ciencias
Bachiller en Letras

Respuestas
%
Respuestas
%
Total
%
a
b
c
d
e
1
1
2
2
1
14.28
14.28
28.56
28.56
14.28
2
0
0
0
1
66.66
0
0
0
33.34
3
1
1
2
2
40.47
7.14
14.28
14.28
23.81

TOTAL
7
99.96
3
100
10
100
Cuadro 8. Por qué la filosofía no es importante


El 40.07% de los 10 que respondieron que la filosofía no es importante, señalan que no ofrece nada relevante para su formación. Mientras que el 23.81% piensa que la filosofía lleva a un escepticismo en cuestiones básicas para el ser humano. En este caso, la filosofía se traduce en un sentimiento de inseguridad con respecto al sistema de creencias que se posee. Un 14.28% preferiría que ese tiempo se destinara a la enseñanza de ciencias y tecnología, mientras el otro 14.28% señala que la no importancia de la filosofía se debe a la naturaleza o enfoque histórico del curso y el 7.14% piensa que el conocimiento que la filosofía ofrece no es importante para los jóvenes.


Si consideramos estos resultados en función del total (98 estudiantes), se obtiene la siguiente tabla:

Ítem
Bachiller en Ciencias
Bachiller en Letras

Respuestas
%
Respuestas
%
Total
%
a
b
c
d
e
1
1
2
2
1
1.02
1.02
2.04
2.04
1.02
2
0
0
0
1
2.04
0
0
0
1.02
3
1
1
2
2
3.06
1.02
2.04
2.04
2.04

TOTAL
7
7.14
3
3.04
10
10.20
Cuadro 9. La filosofía no es importante para el bachillerato estudiado


Se trata de una cantidad relativamente pequeña. Sin embargo, estos resultados –a pesar de lo exiguos que puedan ser o parecer- deben ser valorados. Deben llevarnos a una consideración del quehacer en al aula, más próximo tal vez a quienes no se compenetran del todo en las discusiones o desarrollo de los contenidos. En ese sentido, el docente debe convertirse en un observador acucioso.


A  pesar de ello, los estudiantes que respondieron que la filosofía no tiene importancia en su bachillerato no le cerraron las puertas de manera definitiva. Puesto que según ellos el curso de filosofía no era importante para el bachillerato que estudiaban, se les preguntó qué se debía hacer con la filosofía. A esto, el 60% respondió que se debería enfocar en el estudio de la ciencia y la tecnología. Esta respuesta amerita  una reflexión adicional: si se toma en cuenta la importancia que se le está dando a los estudios sobre CTS, habría que explorar la posibilidad de  reestructurar el curriculum e introducir estos estudios en el curso de filosofía. En cambio, el 40% consideró necesario que el curso de filosofía atienda a cuestiones más bien prácticas (ética y política). Este elemento es igualmente importante: los jóvenes que normalmente toman los cursos de filosofía en la secundaria están pronto a ejercer el rol de ciudadanos del país, razón por la cual la formación que puedan tener en estos tópicos es valiosísima. A pesar de que se ofrece un curso de Cívica, el mismo aporta muy poco desde el punto de vista conceptual y no agota la crítica y la reflexión que garantiza, en principio, el quehacer filosófico. Para nuestra sorpresa, ninguno de los que dijeron que la filosofía no era importante para su bachillerato, consideró la opción de eliminarla definitivamente del plan de estudios. Esto quiere decir que incluso en el peor de los escenarios, los jóvenes encuestados le reservaron un lugar a la filosofía. Esto –tal vez- significa que somos los docentes de filosofía los que tenemos –desde nuestra práctica en las aulas- la última palabra con respecto a nuestra disciplina. Y, al parecer, hemos permitido que otros hablen por nosotros.

6. KANT EL FAVORITO DE LOS JÓVENES


Durante los dos años que enseñé el curso de filosofía en el Instituto Panamericano les pregunté a los jóvenes sobre los autores con los que más se habían identificado y las razones de ello. La respuesta fue muy similar en ambos casos (2007 y 2008): el filósofo alemán Inmanuel Kant es la figura filosófica con la cual más se identificaron los estudiantes. Lamentablemente los datos del 2007 no fueron procesados, sí los del 2008. Aunque cabría agregar que por razones de tiempo, autores como Marx o Nietzsche, o tendencias como la fenomenología, la filosofía analítica, etc. no fueron tratados. Ello, pues, hace que este estudio sea inevitablemente incompleto. A continuación mostraremos una tabla en la cual aparecen los filósofos con los que hubo algún grado de identificación.

Pensador
No. De selecciones
Porcentaje
Hobbes
15
10.64
Maquiavelo
26
18.44
Sócrates
8
5.67
Locke
6
4.25
Aristóteles
6
4.25
Rousseau
5
3.55
Voltaire
3
2.12
Spinoza
4
2.83
San Agustín
2
1.42
Leibniz
2
1.42
Kant
35
24.82
Sartori
11
7.80
Santo Tomás
3
2.12
Occam
2
1.42
Descartes
1
0.70
Empirismo
3
2.12
Escepticismo
2
1.42
Hume
1
0.70
Filmer
1
0.70
Racionalismo
2
1.42
Montesquieu
1
0.70
Epicuro
1
0.70
Contractualismo
1
0.70

En cuanto a Kant, la preferencia de parte de los estudiantes estuvo inspirada no tanto por las ideas epistemológicas del autor (el hecho de que Kant pretendiera sintetizar razón y experiencia les pareció un logro dada las limitaciones del racionalismo y del empirismo), sino por las ideas expuestas en los ensayos ¿Qué es la Ilustración? e Idea de una Historia Universal en Sentido Cosmopolita, las cuales fueron leídas y discutidas en clases. Sobre todo la autonomía en el ejercicio de la razón les pareció un ideal por  realizar en la sociedad panameña. En otras palabras, según los jóvenes, los panameños aún no hemos alcanzado la mayoría de edad.


De autores como Hobbes o Maquiavelo reivindicaron su realismo y pragmatismo en cuanto a la política se refiere. Valoraron críticamente la visión del hombre que ambos ofrecen y en el caso del último, tras la lectura de El Príncipe, admitieron que tenían ideas erróneas del autor y que las ideas expresadas en esa obra siguen teniendo vigencia.


Llama  la atención que de la antigüedad aparezcan sólo Sócrates y Aristóteles. La simpatía hacia Sócrates se da por la mediación de las obras La Apología de Sócrates y Critón o el Deber del Ciudadano, las cuales fueron leídas y discutidas. Sócrates representa para ellos la honestidad, la integridad, la valentía, la humildad y la sabiduría. En cambio, Aristóteles es valorado por su carácter de fundador. A pesar de las limitaciones de su tiempo, echó las bases  sobre la que se erige gran parte de la cultura cognitiva que hemos heredado hoy.


Los medievales San Agustín y Santo Tomás son valorados por la dimensión religiosa o teológica de su pensamiento. Este último –sobre todo- “por haber sido el primero en demostrar científicamente la existencia de Dios” (Rádu Serrano). Y en cuanto a Ockham, por su gran legado: el principio de economía metafísica, el cual nos obliga a usar el lenguaje de manera precisa y rigurosa. Es curiosa esta valoración. He escuchado a colegas referirse a la Edad Media como un periodo de oscurantismo. Una visión contextualizada de ésta permitiría ver que es más luminosa de lo que creemos.[8]


De Sartori, un autor que cabría discutir si es filósofo o no, su presencia se explica por la lectura de la obra Homo videns, una obra que definitivamente les mostró a muchos la importancia de una aproximación crítica a cuanto nos es mostrado en las imágenes de los medios de comunicación.


Se trata, pues, de una lista de autores que algún sentido tuvieron para los muchachos y la manera de ver las cosas. Esa identificación con autores muestra que desde la filosofía o su historia se puede enriquecer la manera de pensar e incorporar nuevos elementos conceptuales que permitan decodificar el presente.

7. ¿QUÉ SIGNIFICAN ESOS RESULTADOS?


Si entendemos los resultados expuestos semióticamente, entonces –siguiendo a Barthes- las interpretaciones y los significados serían múltiples. Tal como nosotros los vemos, significan –en esencia- lo siguiente:

v     Desde la perspectiva de los jóvenes encuestados, la filosofía tiene un valor importante en la formación de las personas. El reconocimiento de ese valor se colige del hecho de que incluso en el peor escenario, las puertas no están cerradas para el quehacer filosófico.
v     Que el reconocimiento de ese valor depende o más bien se relaciona con la forma en que se estructura el quehacer filosófico en el aula. Se trata de descubrir sentidos desde ese ejercicio, lo cual supone en el docente una relativa claridad con respecto a fines u objetivos.
v     Es prioritario que el docente convierta su propia práctica en objeto de investigación. Sólo así podemos construir estrategias más o menos eficientes, a la vez que nos permite una visión acerca de qué piensan los jóvenes de lo que hacemos en el aula. Esto requiere, obviamente, la superación de algunos complejos. Por ejemplo, la aceptación de que nuestra posición en el aula no es –epistémicamente hablando- privilegiada, es contingente en el sentido rortiano y que se puede enriquecer notablemente mediante el actuar con los propios alumnos.[9]
v     Los jóvenes son más críticos de lo que habitualmente se cree o se piensa. Llama la atención, en este punto, el hecho de las etiquetas. Los jóvenes con la edad de los encuestados son parte de lo que los sociólogos denominan GENERACIÓN Y, una generación inmersa en profundos cambios tecnológicos y científicos, cuyos códigos, hábitos, etc. no corresponden o poco tienen que ver con los códigos estandarizados socialmente, es una generación crítica, desafiante y en cierto sentido irreverente... Se trata, pues, de un escenario ideal para la filosofía. Pero atención, dada la reticencia de esta generación a la imposición, a la aceptación de dogmas sin más, el docente de filosofía tiene que ofrecer o presentar un discurso que trascienda todo intento de adoctrinamiento. Se trata de llevar al estudiante a que haga uso de su capacidad de pensar y de actuar más allá de los prejuicios del lugar y de la época en que vive. Se trata, en última instancia, de la filosofía como condición de libertad. Como escenario propicio para la reflexión filosófica debiera ser aprovechado y no lo estamos haciendo.




* Es oportuno expresar mi agradecimiento a los muchachos de la generación 2008 de los bachilleratos en Letras y Ciencias del Instituto Panamericano  por haberme proporcionado  el material para la realización de este estudio. Este trabajo lo hago en honor a ellos, pues finalmente me ayudaron a comprender que en materia filosófica cada gesto, cada afirmación, cada silencio tiene significación; y sobre todo, por ayudarme a entender que con la visión un tanto inocente que muchas veces los jóvenes expresan de las cosas, la propia filosofía se refresca y se vigoriza.
[1] La ciencia, por otro lado, tiene una connotación eminentemente instrumental, esto es remite a un modo de hacer las cosas, y poco o nada tiene que ver con el ámbito comprensivo y de recreación del sujeto que la realiza. En otras palabras, la ciencia –si tuviéramos que entenderla desde una perspectiva maslowiana- se hace en función no del ideal de autorrealización, sino más bien como un medio para la satisfacción de aspiraciones primarias: producción, economía, etc. Es decir, la ciencia no es tanto una expresión del deseo natural de saber como diría Aristóteles ni una fuente de gozo o de felicidad como habría pensado Einstein, sino un medio para la realización de fines inmediatos y prácticos.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     
[2] Nuestro enfoque en la enseñanza de la filosofía fue básicamente histórico. Sin embargo, nos hicimos eco de una idea que encontramos en textos de Fernando Savater y de Richard Rorty. Para Savater, la historia de la filosofía debe servir para algo: ha de ofrecerle a los alumnos las herramientas conceptuales para entender el presente. Para Rorty, el aproximarnos a un determinado autor se traduce en una forma en la cual entablamos un diálogo, no sólo con el autor, sino con una época. Diálogo que nos permite, no sólo entender el mundo al cual pertenece en este caso el filósofo, sino su época. De igual manera, ese diálogo, en el cual cuestionamos al filósofo y su época se traduce en una forma de diálogo entre nosotros y nuestra propia realidad. Desde este punto de vista, la historia de la filosofía constituye un valiosísimo elemento para la comprensión de nuestra condición humana; condición que abarca muchos aspectos: científicos, estéticos, éticos, políticos, religiosos, técnicos, axiológicos, etc.
[3] Este hecho introduce algunas interrogantes interesantes relacionadas con el ambiente social y económico y la naturaleza de la institución educativa (particular u oficial). Si efectivamente los jóvenes encuestados proceden del sector social señalado, cabría preguntarse hasta qué punto las respuestas favorables o desfavorables están asociadas a condiciones sociales y económicas objetivas. En otras palabras, ¿responderían de manera parecida a este instrumento los estudiantes de colegios oficiales, estudiantes que proceden de áreas de la ciudad con problemas sociales y económicos mucho más serios?
[4] Se habrá notado que no uso la palabra ‘investigación’, sino la palabra ‘estudio’.
[5] Sobre todo cuando se explica la contraposición mito-logos. Se da por establecido que el discurso filosófico es un discurso racional, sin problematizar siquiera la idea de racionalidad.
[6] Este tipo de apreciaciones no deja de ser interesante si se tiene en mente que un autor como Richard Rorty concibe a la filosofía como un género literario.
[7] ¿Qué elementos podrían servir para llevar a cabo esa tarea? Pues hay muchísimos. Piénsese, por ejemplo, en las propuestas de Lipman, Martens, Izuzquiza, Dominguez y Oro de Miguel.
[8] El contexto se entiende aquí como un horizonte de comprensión. Si no se tiene, no sólo las ideas filosóficas de le Edad Media carecerán de sentido (esto es de propósito), sino que la propia historia de la filosofía carecería de él.
[9] Quienes vindican la idea de que su presencia es privilegiada y  no contingente “yo soy el que sé”, argumentarían que este proceder implica un deterioro de su autoridad. Antes que deteriorarse, yo diría que la autoridad se renueva, se actualiza, se enriquece. Recuérdese que la autoridad constituye una triada: el que la posee, aquel hacia el cual se dirige y el contexto, tópico o situación. Se trata de una relación puramente intencional. La autoridad  como docente que debo mantener el orden, etc. en el aula es innegociable (aunque esto no implica autoritarismo); pero la autoridad en sentido del conocimiento es muy diferente. Hay muchos tópicos –cognitivamente hablando- en los que los docentes, a pesar de ser docentes, no tienen ninguna autoridad: un docente de historia puede ser una autoridad en este campo y un completo inepto en cálculo, teoría del magnetismo o química nuclear. Pero incluso en el ámbito de mi incumbencia, asumir una actitud socrática como punto de partida sería saludable en gran medida.